Tengo papá (Severus).

Recuerdo del primer mensaje :

Era miércoles por la tarde, mi tío debía ya estar preocupado, bueno, no sólo mi tío, Mist supongo que se sentiría muy sola.
En la librería me había dormido, en brazos de papá.
Lo había escuchado cantar, pero los párpados me pesaban tanto que ni había podido abrir los ojos para sonreirle con la mirada.
El asiento del coche supongo que sería cómodo, porque él se había sentado, manteniéndome en su regazo durante todo el trayecto.

Cuando el coche se detuvo abrí los ojos, ante mi estaba la casa más bonita que había visto en la vida, una gran berja la rodeaba. Me incorporé para poder mirar por la ventailla, las puertas se abrian solas y el servicio salia a recibirlo, con un albornoz de algodón de mi tamaño.

Me sentí algo cohibida, suponia que ahora podría mandatres a esas personas, pero yo no quería mandarles, los refería de amigos. Lo que no sabía era como se habían enterado de que vendría acompañado, todos llevaban uniforme laboral y habían formado dos filas.

Papá me sacó del coche en brazos y se detuvo ante tanta gente.
No me atrevía ni a dar mi nombre.

-No me importa el precio a pagar, quiero ser como tu, quiero que te sientas orgulloso de mi, ser tu viva imagen-de nuevo el calor sobre mi piel al tener su contacto, el contacto de la yema de sus dedos sobre mis heridas-No me entiendes, yo quiero ser una Sith de verdad, lo deseo con toda mi fuerza.

Quise replicar pero no pude.

-Déjame ayudarte, déjame ser la luz de tus ojos, papá-se lo estaba suplicando, y eso no lo hacía con nadie, el orgullo me lo impedía.

"Lobita" ese nombre lo habia repetido tantas veces que ya lo encontraba mas cariñoso para referirme a Lilian y recorde algo de mis años mozos - sabes que es curioso... que cuando unos ojos bonitos y unos labios dulces me atrapaban con esta cancion siempre me referia a mi mismo -

Comence a tararear una cancion que hacia mucho tiempo no cantaba... pero ahorita tenia a mi lobita de ojos bonitos y de labios dulces, aunque fuera mi hija. Ya despues tendria tiempo para explicarle mas cosas pero ahora solo queria hacerle sentir que por alguna cosa de esas de la vida compartiamos muchas cosas aunque parecieran inventadas.

-¿Quieres ser mi mascota?-le pregunté ladeando la cabeza-¿Quieres ser mi lobo?

No entendía muy bien adonde quería ir con aquella canción que tarareaba, pero hablaba de lobos y mascotas. ¡Ay! ¿Por que no eran más claros los adultos?

-Papá, yo quiero ser un demonio como tu, hacer lo que tu haces. Mi forma de lican el tio dice que es adorable, eso no da miedo, salvo que pueda gastarla combinada con más cosas, y creo que sé como hacerlo, pero necesito de tu ayuda, no sé que capacidades tengo o heredé de ti, pero creo que los animales me hace caso o al menos entienden lo que digo, todo el reino animal, también cuando me enfado tiemblan las cosas y no sé que más, sí, bueno, el escudo ese que no deja que me golpee nada-pero necesitaba saber que más podía hacer, quería conocerme para poder controlarme.

- Creo que para conocer tus habilidades demoniacas a la perfeccion no soy el Sith indicado; quizas Sue pueda ayudarte mas... de mujer a mujer - dije sabiendo que en ciertas cosas yo no podia ayudarle, ya habia pasado lo de aquella hacia unos instante en la bañera aun siendo mi hija mis impulsos parecian ganarme y a ella un poco por lo que una ayuda femenina tambien podria ser util en algunas cosas mas si como le habia dicho Sue era tan volatil que su poder era casi ilimitado

- Quizas tu hermana mayor pueda ayudarte -

- NO QUIERES AYUDARME TÚ. LE PASAS EL BULTO A MI HERMANA MAYOR, ¿POR QUE ME SEPARAS, EH? -¿Que le había hecho yo para que me hiciera de lado de esa manera?- Me voy, y esta vez no intentes detenerme. Pediré ayuda a quien esté dispuesto a ofrecérmela. TÚ NO ME QUIERES A TU LADO.

Me dirigí hacia la puerta, pero al agachar la mirada llena de lágrimas me di cuenta que llevaba el pijama ensangrentado. Me volví hacia él, ahogando el sollozo.

- ¿Donde están mis ropas? -no podía salir así a la calle.

- No quiero apartarte de mi vida mas... debes convivir con tus hermanos, Sue es tu hermana y mi estado demoniaco aunque controlado no es tan fuerte como el de Sue y ella lo ah controlado a la perfeccion, yo te ayudare en lo que necesites y claro que te entrenare cuando tus cambios inicien pero ... - me levante y fui hacia ella, era en cierta manera extraña nuestra relacion puesto que un minuto estabamos bien y al siguiente alguien herido, mas extrañamente el sentir tantas cosas rea mejro a no sentir nada lo cual agradecia; tenia otra hija... diferente a Sue y mimarla, pelear, enseñarle y demas era una grata experiencia, ser padre era dificil pero no lo cambiaria

- Cuando ese momento llegue, ella te ayudara pero siempre estare ahi para decirte bien hecho cuando lo logres - dije poniendo mi mano en su hombro - vuelve a la cama -

- ¿Y donde están ellos? -porque claro, era muy fácil decir que conviviera con alguien, pero no sabía en donde estaban ellos, y en serio tenía ganas de conocerlos, suponía que sería la relación parecida a la que tenía con los otros chicos del orfanato- ¿Lo harás? ¿Me ayudarás a controlarme? No quiero hacerle daño a nadie, papá. Ya lo hago sin ni siquiera proponérmelo.

Y es que cada vez que había intentado ayudar a alguien, todo se había vuelto en mi contra.
Aún sollozando regresé a la cama como me había pedido, esperando que el ungüento ese no fuera molesto y temiendo lo que pudiera pasar mañana cuando apareciese el medimago con esa inyección.

- Oye papi, ¿No podrías llamar a una medimaga? -es que me daba vergüenza desnudarme delante de un chico, al menos, uno que no fuera mi padre.

- No te preocupes le pedire a la mismisima directora de san mungo que venga en persona a revisarte; era una muy buena maiga cuando eramos alumnos del colegio.. quizas hayas oido de ella se llama Paola - sonrei al recordar a aquella compañera mia

- Ella tiene mucha peciencia y suele ser muy dulce, ademas de que es muy bonita, sus labios.... perdon comence a divagar - dije mientras sentia que el rubor se subia a mis mejillas

- Paola Weasley, sí creo que he oído hablar de ella, como que es la mujer del profe que me tiró de la primera clase -me llevé las manos a la boca, ya había hablado de más, yo que intentaba ocultarlo y resulta que a la primera de cambio se lo confesaba- Es muy agradable, está en el club de vuelo.

Pasé por alto su comentario sobre sus labios, queria desviar el tema, que no se acordara de lo que acababa de decir, porque ni siquiera mi tío lo sabía, y seguro que a él también le parecía mal.

- Que tu que... - dije sobresaltado despues de oir sus palabras tras unos segundos en que mis ojos quizas pudieron desorbitarse - Traukko cloud o como te llames ... no pudiste soportarme en el colegio ni cuando era tu profesor y ahora te quieres vengar con mi hija - dije tomando con fuerza mi varita levantandome de la cama rapidamente con furia en el rostro

- Te voy a enseñar lecciones que nunca aprendiste y despues le pedire diculpas a pao por lo que ledejare de su esposo - dije comenzando a avanzar hacia la puerta

- ¿Quien es Traukko Cloud? Creo que el de Defensa se llama Cloud Strife... -me quedé rascándome la sien, sí creo que se llamaba Cloud Strife, pero según papá en el colegio ya le tenía mucha manía, pero lo que no entendía...¿Ah , sí! sería la naturaleza de papá, al menos eso lo había hecho recordar algo. Comencé a reír sin poder evitarlo- ¡Papa, recordaste algo de tus tiempos mozos!

Reía tanto que cuando intenté levantarme de la cama volví a caer sobre las sábanas, enrrollándome en estas y rodando hasta el suelo.
Por más que intentaba deshacirme de estas no podía, pues me liaba más, pero no podía parar de reír.

- ¡Socorro papá, tu lobita está en apuros! -grité, pensando que en verdad se iba y me dejaba allí sola con la tormenta que había en el exterior, y yo sin mis ropas, y es que acostumbrada a los pijamas con el camisón me sentía casi desnuda.

Esta vez y de inmediato use la bilocacion para poder hacer una copia mia que diose vuelta yendo a donde estaba mi pequeña luego; tome mi capa de viaje mientras decia para mi mismo - Ahora se cree profesor, no recuerda que yo si le di clases ahora cree que puede echar a mi hija de sus claes... lo matare ... si ... asi aprendera - dije buscando mi varita que yo mismo ignoraba donde se encontraba, mientras mi copia con una suave sonrisa ayudaba a lilian

-¡No, no lo mates!-conseguí salir de las sábanas, deshacerme de su doble y correr hacia la figura de papá que se estaba poniendo una capa de viaje-No puedes dejar a una niña de un año sin su padre, ¿Y Pao? Piensa en las personas que te importan. Por favor papá...

Me colgué de sus pantalones, llorando, no podía dejar que lo matase, una cosa era sacarlo de quicio en las clases otra muy distinta terminar con su vida por echarme de clase.

-Por favor, papi...Si me aprecias algo, por favor, no lo mates. Yo lo saqué de quicio en clase, no sé porqué, pero no pude evitarlo, fu hasta divertido-una sonrisa maliciosa apareció en mi rostro-¿Acaso quieres que tu hija se vuelva a quedar huérfana?

De verdad que no entendía su enfado, pero tampoco quería saber porqué era. No quería que por algo que hubiera hecho yo, provocado o como lo quisiera ver, lo apartaran de mi lado.

Una enorme sonrisa se dibujo en mi rostro mientras decia - una semana sin magia en la casa en las siguientes vacaciones - dije sabiendo que para sus siguienetsv acaciones la magia lo seria todo y que ese era un buen castigo - que sean dos... ya ves como fue facil hacerte confesar tu falta - dije mientras la sombra tras de ella como mi doble se deshacia

- Si te lo hubiera preguntado quizas me habrias contado una historia con aristas diferentes asi fue mas rapido y sencillo - me agache para cargarla de neuvo en mis brazos para regersarla a la cama

- Si me lo hubieras preguntado te habría contado la verdad porque te lo prometí y un Sith nunca rompe una promesa -le repliqué despacio, pero con una sonrisa triste. ¿Por que me dejaba sin magia durante dos semanas? Ahora que la empezaba a conocer...¿Por que hacía eso?- No es justo, te lo he contado y te he pedido que no lo mates. Me he portado bien.

No entendía absolutamente nada, si le pedía que no matara a alguien, ¿Me castigaba?

- ¿Si no te lo hubiera impedido lo habrías matado? -quizás para otra me lo pensaba y no lo detenía.

Pero le pasé los brazos alrededor del cuello y apoyé mi mejilla sobre su hombro, errando los ojos. Ya vería como me desharcía del castigo, quizás Sue o Sev o Santi supieran algo más de la magia que yo.

- Lo de matarlo era solo para que confesaras; recuerdas que te dije que no te dejaria sola... ni a ti ni a tus hermanos; por eso no puedo ir a Azkaban por cierto... - saque de una mesita una especie de minibolsita de piel algunas de las que parecian fotos y dije - toma... estos son tus hermanos - pase cuatro fotografias pero retire una y devolvila donde algunas otras yacian - esta es tuya y debo tener unas tambien para darselas a tus hermanos .. que conozcan a mi lobita; tengo una diablita un angelito y un loco al que llamo junior - dije motrandole tres fotos la primera; de una chica de cabello castaño, la segunda y tercera de dos chicos; uno con uniforme escolar y otro con una apariencia que no distaba mucho de la edad del otro chico

- Lilian... Sue, Santiago y Severus - dije presentandoselos en fotos

Me quedé mirando la foto de Severus y sonreí, señalandolo con el dedo.

- ¿Ves?, los jóvenes somos los que mejores genes sacamos, bueno, él se parece más a ti que yo, pero te demostraré que soy una buena Demonio, haré que te sientas orgulloso de mi -claro, que por las notas no iban a ser, porque no había realizado ninguno de los trabajos que me habían pedido en las clases y no tenía ni pizca de ganas.Además, me había saltado unas cuantas- ¿Me pones la pomada esa antes de dormirme, papi?

Mi mente debía pensar en otras cosas, antes de que me descubriera, ya iban dos semanas castigada sin magia, ¿Cuantas más quería conseguir?

Dude unos segundos de acuerdo a la aceptacion que ahora tenia; no sabia porque razon quizas porque yo mismo lo hacia cuando un nuevo plan se armaba en mi mente mis actos eran mas tranquilos como presagia la calma a la tempestad que se avecina

- Si ...ehmm la pomada; creo que deberas ponertela tu es que... bueno debes ponertela en todo el cuerpo y; eres una señorita - dije recordando hacia apenas unos instantes habia tocado esa parte virginal de ella y como habia reaccionado; por lo quetome la pomada y ahora recostado la miraba no sabiendo que me diria

- Claro, ya me la pongo yo, si te avergüenzas de mi cuerpo, ya lo hago yo -tomé la pomada con resignación y coloqué el tamaño de una almendra sobre mi mano, para comenzar a extenderla despacio- Pensaba que me darías un masaje, yo no puedo sola, pero sino quieres, lo entiendo. Tempest se podría molestar.

- Esta bien... recuestate... tratare de no molestar mucho a tu cuerpo para que se relaje - dije poniendo un poco del unguento en mis manos poniendo mi mano sobre las suyas; esperaba relajarle con el masaje en las manos y piernas para que se durmiera esperando que no fuera mas alla; puesto que siendo una niña era mujer y muy bella debia agregar a pesar de ser mi hija

Mire entonces el lugar donde antes tuviera esa herida que yo sane y sintiendo mi propia herida abierta dile un ligero besito en su rodilla para ver si por pura suerte; sanaba

Me quedé mirándolo.
Pero sonreí porque estaba obteniendo lo que quería en esos momentos.

Una canción voló hasta mi mente, comencé a tararearla, para después escuchar su voz acompañándome, sólo un leve murmullo.



- Papá, ¿Que crees que pasará cuando me enamore de verdad? -entrelacé mis dedos con los suyos, parando las caricias de piel.

- Me destrozaras el corazon; ademas de eso... dejare de ser para ti lo que hasta ahora soy... dejare de verte como mia ... - mis manos se deslizaban de a poco sobre su piel

- Cuando eso pase deberas tomar grandes riesgos y apostar todo por nada -


- Creo que no hay un libro que te enseñe a ser padre de una adorable niña... y acostumbrarte a perderla, hace unos segundos te lo dije... algun dia con lagrimas de sangre en el alma cantare a sola para que no me veas llorar -

- Me destrozaras el corazon; ademas de eso... dejare de ser para ti lo que hasta ahora soy... dejare de verte como mia ... - mis manos se deslizaban de a poco sobre su piel

- Cuando eso pase deberas tomar grandes riesgos y apostar todo por nada -


- Creo que no hay un libro que te enseñe a ser padre de una adorable niña... y acostumbrarte a perderla, hace unos segundos te lo dije... algun dia con lagrimas de sangre en el alma cantare a sola para que no me veas llorar -

- Papá, prométeme que cuando elija a ese chico lo aceptarás, yo no te voy a dejar de amar nunca, pero será normal que algún día me enamore y si por alguna razón sufro, me gustaría saber si puedo volver a recibir un abrazo tuyo -lo miraba directamente a los ojos- A mi me encantaría que tu corazón volviera a latir junto a mamá, por eso no acepto a Tempest, supongo que todos barremos hacia casa. Tengo ganas de conocer a mi madre, algo me dice que ella sigue viva, la puedo sentir aquí -señalé mi pecho- Creo que si ella hubiera muerto notaría un vacío. ¿Crees que si vieras a mi madre te volverías a enamorar de ella?

Quizás estaba gastando palabras muy fuertes, pero debía expresarme con claridad.

- Yo ansío que tú seas feliz, porque te amo, pero yo también quiero ser feliz y creo que deberías comprenderlo y apoyarme cuando elija a esa persona si realmente me amas. No me vas a perder, pase lo que pase siempre seré tu hija, como bien decís, a la familia se le ama, no se elije- me levanté sujetándole las manos y le besé la comisura de los labios- Espero que entiendas que cuando me enamore quizás ya no te bese en los labios, o no tanto como ahora, al igual que si vuelves con mamá yo me tendré que aguantar y dejar que tu corazón sólo lata con ella. Yo también te pierdo si estás enamorado de una mujer.

- Tu y Sue son las unicas mujeres que por ahora me interesan, - sonrei tranquilo - como ya te dije en la cancion; cuando ese ladron robe parte de mi alma quizas lo que encuentres cuando me busques no sera el hombre que una vez quisiste - esta vez use querer en vez de amar

Senti tambien el beso en la comisura de mis labios lo cual me indicaba que ya no le gustaba saludarnos como antes; lo cual yo entendia, un aire de decepcion claro se formo en mi rostro.

- Una vez te dije que soy y sere el lugar al que siempre puedes regresar;.. tu familia siempre estara aqui para ti... aunque quizas en mi caso lo que mas adelante te quiera; no es lo que ahora vez... - dije ya ahondando en el tema usaba ahora terminos como familia o querer en vez de referirme a mi smimo con el verbo amar; era mejro hacerme a la idea de que mi hija estaba creciendo y no podia mas que dejar que sus alas se abrieran aunque no estuviera incluido en el viaje

- El hombre que una vez quise ya no existe papá, no te quiero, te amo -por fin había entendido la diferencia entre esos términos, y pensar que eso sólo me había costado un par de horas- Estoy en Gryffindor, pero algunos dicen que debería estar en Slytherin cuando abro la boca, ahora me pregunto si no tendría que haber quedado en Ravenclaw. Yo ya entendí la diferencia, de términos que no he gastado en mi vida. Creo que mi capacidad de adaptación es buena.

No podía dejármelo con aquella cara de tristeza, si para él eran importantes los besos, tampoco importaba mucho que yo lo besara en los labios, siempre podríamos decir que los Sith se saludaban así, si alguien preguntaba o ponía una cara de sorpresa.
Me lancé a su cuello en salto, en verdad la pomada esa era muy buena, me sentía llena de energía y choqué mis labios con los suyos, de manera sonora.
En estos momentos me daba lo mismo si entraba de nuevo Tempest, el amor que sentía por mi padre era infinito y jamás se iba a separar de mi lado. Él siempre estaría allí para cuando lo necesitase, por más mal que me portase.

- Papá, no me ocultes nunca tus lágrimas. Quiero verlas, son hermosas -le acaricié la mejilla y cuando sujetó mi mano, se la besé girando rápido la cabeza- Nunca perderás mis besos. Ni una sonrisa, y aunque me enfade contigo sé que jamás te podré retirar el cariño de manera perpetua.

- Deberias haberlo notado ya - dije apartando un poco la cara cuando me beso - tus labios saben dieferentes; ahora no me besas por la ilusion de un nuevo amor, hasta hace unos instantes.. estabamos aqui ambos mas ahora... a pesar de que tu rostro descanza sobre mi... tu pensamiento mora mas alla de la estrellas -

Mi mirada estaba en el vacio; mi vacio crecia cada vez mas pues ya sentia que perdi la niña que habia encontrado pues se transformaba en mujer ante mis ojos; sin si quiera poder quererla como niña por un dia entero.

- Mañana sera otro dia - dije metaforicamente

Su gesto me destrozó, pero era lo que abía.
Me separé de él al escuchar sus palabras y me metí en la cama, tapándome la cabeza, no quería que me viera llorar, "Mañana sería otro día", sí y pasado otro distinto y los días seguirían pasando y quizás nos distanciáramos tanto que esa brecha ya no pudiera cerrarse nunca, porque no entendía que me dijera que estaba creciendo, seguía siendo una niña y él seguiría siendo mi padre, y prefería que él me viera como una niña, pero no lo iba a obligar, seguro que alguna otra hija le hacía más feliz.

Yo era un fiasco, todos esos pensamientos me hicieron romper en llanto que no pude ocultar.
Recordé que estaba en su cuarto y que Tempest querría pasar la noche con él, así que me levanté despacio y me dirigí hacia la puerta.

- Prefiero dormir en mi cuarto, padre -era mejor no hacerme ilusiones de amor con él, él ya había elegido.

- Prometiste dormir conmigo esta noche... quizas sea la ultima que pueda verte como mi niña... lamento no haber podido verte tantos años y ahora verte convertirte en una mujercita es muy doloroso pero agradezco estar aqui para esto - palmee un par de veces en la cama

- Por esta misma razon es que se dice que no debes encariñarte tanto con tus hijos porque habran de crecer y cuando se vallan se llevaran partes de tu corazon -

Volví sobre mis pasos suspirando, no quería ser molestia.
Me sentía fuera de lugar, todo el mundo terminaba dañado conmigo al lado, cuando me acercaba a ellos.
Subí a la cama, justo en donde momentos antes había estado su mano y me volví a meter entre las cobijas, dispuesta a dormirme.
Pero las lágrimas seguían cayendo. Sin poder detenerlas.
No tenía fuerzas ni para responder a sus palabras. Él ya me daba por perdida, sólo le había hablado de lo que podría pasar, ni siquiera había dado ningún beso a ningún chico y ya decía que iba a perder a su niña.

Salí de las cobijas y me quedé mirándolo.

- Entonces hubiera sido mejor que hicieras caso a esa gente y ni siquiera nos hubieras conocido y por el mismo motivo sería mejor no encariñarse con nadie y pasar la vida solo, así nunca te defraudarían. Pero para vivir así, prefiero estar muerta.