Era un día como cualquier otro, soleado y muy cálido, en donde el sol casi se colocaba en el cenit, había salido del castillo y me encaminaba a Hogsmeade.
Una vez allí, comencé a caminar por las calles, pues, sin saber que hacer en realidad, había ido al pueblo únicamente a intentar despejar mi mente; caminaba entre las personas que, en ese día, realizaban sus compras...
Me encaminaba por las calles hasta que alcancé un local cuyo cartel rezaba - Las Tres Escobas - murmuré, leyendo el gran y brillante cartel que permanecía pareciendo flotar sobre la puerta...
Una leve brisa me acarició mi piel, invitando danzar a mis cabellos justo antes de decidirme ingresar al local...
Una vez dentro, me senté en una mesa que daba hacia la ventana, esperando a que el encargado se acercara a tomar mi orden, mientras que, mis claros y dorados ojos observaban a las personas pasar de un lado a otro, mientras que, sin darme cuenta, alguien, que precisamente no era el engargado, se me había acercado...
Una vez allí, comencé a caminar por las calles, pues, sin saber que hacer en realidad, había ido al pueblo únicamente a intentar despejar mi mente; caminaba entre las personas que, en ese día, realizaban sus compras...
Me encaminaba por las calles hasta que alcancé un local cuyo cartel rezaba - Las Tres Escobas - murmuré, leyendo el gran y brillante cartel que permanecía pareciendo flotar sobre la puerta...
Una leve brisa me acarició mi piel, invitando danzar a mis cabellos justo antes de decidirme ingresar al local...
Una vez dentro, me senté en una mesa que daba hacia la ventana, esperando a que el encargado se acercara a tomar mi orden, mientras que, mis claros y dorados ojos observaban a las personas pasar de un lado a otro, mientras que, sin darme cuenta, alguien, que precisamente no era el engargado, se me había acercado...