Merodeando las calles de Londres en busca de un libro...

A pesar de encontrarse en buen periodo del año; el clima no parecía hacerle un favor al buen tiempo, lo que obligo al cielo mantenerse encapotado y lluvioso la mayor parte del día.

Luna por su parte, no tenia inconveniente alguno en salir curiosear por las calles de Londres con el único objetivo de no perderse el aroma de los pinos bajo esa humedad. Andando sin prisa se decidió por entrar a una pequeña cafetería que se encontraba en la esquina de una calle no muy expuesta, aun tenia planes de dirigirse a su librería favorita; sin embargo el aroma que emergía de aquel lugar la obligaron a posponer durante algunos minutos su recorrido.

Empujando la puerta y escuchando la campanilla tintinear sobre su cabeza, camino en dirección a las mesitas que estaban junto a las ventanas, presumía sin objeto a error, que la lluvia no cesaría y a pesar de que en esos momentos las gotas habían abortado su ritmo; lo único que pasaba por su cabeza era lo mucho que le gustaba beberse un te de manzanilla cuando el clima estaba frío. Tomo asiento y se limito a cubrir su rostro con el menú que allí ofrecían.

Antes de darse cuenta de mucho, un chico algo pecoso y flacucho se acerco hacia donde estaba ella, en su intento por carraspear su garganta; Luna alzo la vista y le sonrió amablemente al darse cuenta que seria el quien la atendería. El muchacho, con su semblante algo nervioso procedió a tomar la orden y ella sin ánimos de generarle mas desconfianza; comenzó a decidir su pedido.
- Solo una infusión de manzanilla con unas galletas de avellana para mi por favor .- le sonrió amablemente y el chico siguió su curso.

Luna se quito su abrigo, lo colgó tras el respaldo de su silla quedando nada mas que con una blusa que no alcanzaba a cubrir su ombligo y mas de una mirada curiosa se volteo para observarla. Tomo asiento ignorando por completo la escena y de su morral alcanzo su libro predilecto, hacía solo semanas que la realización de un sabbat se había llevado a cabo en los jardines de su morada y aun tenia muchas cosas que registrar en aquellas paginas. Tomo su bolígrafo y comenzó por hacer un dibujo de aquella noche

De aquellos dias en que necesitaba algo bueno para regalar había ido a parar a aquel barrio en aquella tarde lluviosa; error mio ya que pudiendome teleportar a donde quisiera el terminar exhausto -- sin fuerza como para teleportarme mas -- me mantendria atado al menos por un rato al lugar donde me había aparecido; y todo aquello por dar un obsequio a Jennifer que cumpliria años en dias proximos y al estar la familia algo desperdigada el llevarme bien con ella para ser su consentido se habia convertido en mi mayor deseo.

Ya me había guarecido de las inclemencias del tiempo y sin poder recordar aun bien a bien mi escencia magica, sin poder hacer magia perfectamente solo pude lograr hacer mi ropa impermeable asi que muy a mi pesar debia llegar a algun lado, ya que definitivamente ya que mi cabello y mi cabeza estaban ya resintiendo la fria lluvia y con mi tendencia al drama seguramente de enfermar de gripe las cosas acabarian mal para mi; ya que seguramente acabaria quejandome por al menos una semana.

Fue asi que sin pensarlo dos veces en cuanto vi un lugar donde se vendian tazas de humeante te y demas, me decidi a entrar. Me sacudi en el portico como un animal para desechar el exceso de agua en la ropa y alisando mi cabello entre en aquel lugar con la cabeza gacha sacudiendo un poco mi cabello; asi llegue hasta una mesa y senteme en el primer lugar que pude ver.

Antes de poder levantar la mirada un par de sonidos aclarando la garganta me hizo mirar el lugar; me había sentado en una mesa donde una chica rubia al pparecer ya estaba lo cual me hizo avergonzarme a mi mismo sin poder si quiera pronunciar palabra alguna, con su mirada clava en mi mojada figura.

Cuando el muchacho de aspecto flojucho se acerco nuevamente a la mesa en la que Luna se encontraba; ella con su cabeza gacha no logro percatarse a tiempo y fue entonces cuando el muchacho acomodo su orden en frente de sus ojos.

- Oh! muchas gracias.- le dijo sonriendo ampliamente dejando entre ver unas encantadoras margaritas. Acerco la taza de infusión hacia su nariz y examino su aroma, olía a manzanilla fresca tal y como le gustaba, por un instante la imagen de su abuela persuadió su mente llenándola de recuerdos adorables y fue entonces cuando una escena la lleno de perplejidad; en un principio estaba media aturdida aun efecto de sus recuerdos, y luego ver a ese muchacho de aspecto juvenil junto a ella sacudiendo su cabello empapado no la dejaron con mas opción que aclaras su garganta e inmediatamente acompañada de una sonrisa en cuando el muchacho logro darse cuenta de la presencia de Luna en la mesa. El chico parecía avergonzado y sus mejillas en ese momento se habían convertido en sus peores aliadas puesto que en cosa de segundos se tornaron de un color rosado intenso.

- Discúlpame por no haber pedido la segunda taza.- Sonrió con gracia e intento romper el hielo con sus palabras. En efecto, Luna era muy buena haciendo amigos. En un gesto dulce hizo un ademan con sus manos para que se sentase junto a ella.

Mientras el chico se acomodaba en la silla que estaba allí junto; ella se tomo su tiempo para hacer en la mesa un espacio y cerro su libro dejándolo junto a la taza de cristal que tenia frente a sus ojos.

- Y dime, ya puedo saber cual es el nombre de quien me acompaña?.- Musito con extrema soltura dándole un pequeño sorbo a su infusión de manzanilla.

Me había quedado impavido ante su primer comentario, sobre todo porque su voz parecia cantarina y melodiosa, lo que remataba el cuadro de la perfecta desconocida; aquella que cuando la vez parece toda misterio y encanto, sin embargo ella estaba alli y había hecho un comentario picaro ante una situación que podia resultarle incomodo; como resultado yo ahora me sentia algo mas apenado y por ende incomodo, tanto asi que suponia que mi nerviosismo seria evidente lo cual crearia un efecto bola de nieve.

Hizo un segundo comentario y yo seguia sin poder hablar aprovechando apenas los segundos que tenía para poder averiguar algo que pudiera servirme para emparejar la situación, aunque con la prisa eso seria dificil ya que solo atine a averiguar su nombre en su mente, era lo que la mayoria de las personas siempre tenian presente: su identidad y persona.

- Bueno mi nombre... no es tan importante - sonrei tratando de parecer mas calmado de lo que estaba y pense una estrategia de abordaje; agregue - como mi razón de estar aqui y esa es: encontrar a la mas jovial y pequeña heredera de la noble casa de los Symon y descendiente del linaje Wright - trate de imitar un falso acent extraño - y.... ergo; aqui estoy frente a la señorita Luna - sonrei arqueando una ceja.

Ya con la cara de desconcierto ligero de ella ante el desconocido recompuse la figura y me acomode en la silla alisando mi cabello para luego decir: - ahora; lo primero que quiere saber aun es mi nombre o... que clase de té pediré - agregue en tono de pregunta retorica.

En tanto Luna permanecía dándole sorbos a su té, el muchacho hizo ademan de cosas que hubiese pensado; solo ella sabia en ese momento, por lo cual es desconcierto se vio reflejado en sus ojos sinceros y le fijo la vista, no de forma tajante ni fulminante, sino mas bien fue una mirada intensamente curiosa y fascinada, para ella las novedades le habrían las posibilidades para hacer preguntas, y una vez sintiéndose conocida, gesticulo con sus manos dándole la razón y soltó una risa suave y con gracia.

- No tengo las mismas habilidades.- Agrego.- Así que tu nombre aun es una curiosidad para mi.- Luna se detuvo un instante y levanto un dedo en señal de que le diera un segundo.- Pero eso si, el te lo invito yo.

De seguro aun se permitía mantener el misterio, y si de fitoterapia se trataba, ella resultaba muy habilidosa, después de todo, su abuela era una buena institutriz. Luna lo observo un segundo para ver cual era el mas indicado.

Con mi natural aplomo contrastando con mis enervantes hormonas la situación era algo diversa, ya que por un lado mi padre me había dado ejemplo de como comportarme ante ciertas situaciones pero, el impetu de una desbordada juventud hacia mi concentración mediatica ante la proximidad de una chica mas que simpatica, sin embargo tras este conflicto interno trate de mostrar mis mejores gracias respondiendo a la chica que ahora sabía se llamaba Luna - bueno señorita, aunque corro el peligro de que me vea mi padre y me asesine rompere tres reglas básicas de él, no aceptes nada de extraños; aunque yo si puedo conocerla más de primera mano - me acomode mejor en el asiento.

- La segunda regla dicta que es el caballero debe en la medida de lo posible pagar la cuenta de la femina que en su caso le acompañe dado que estar con una chica tan guapa es ya de por si motivo de retribuir y; la tercera regla dice que uno debe siempre apegarse a normas de conducta que sean propias de un caballero pero... - sacudi mi cabello - aunque a todas las mujeres les gusta un caballero creo que alguien de buenos modos y relajados cae mejor asi que - sonrei mirandola.