Nunca había tenido un despacho, no en el tiempo en el que trabajaba en San Mungo y obviamente no cuando era estudiante, así que tenía mi primer despacho. Sonaba extraño, para mí, mínimo. Despacho de la profesora Joanna Wood. Siempre me habían gustado las criaturas mágicas y todos los animales, pero nunca me había esperado volverme después de algún momento la profesora de Cuidado de Criaturas Mágicas. Cierto, había estudiado para esa materia antes de mi tiempo en San Mungo, pero no me esperaba en algún momento volverme la profesora de esa maravillosa materia.
Mi despacho, un lugar pequeño y acogedor. Tenía un librero grande, de madera obscura y sencilla, cuando había llegado, solo había ordenado un librero, un reloj grande, un escritorio, dos sillas y un sofá. Y eso era exactamente lo que estaba ahí cuando llegué justo en el orden en el que lo había pedido. Después de una semana, ya me había acomodado mejor en mi despacho, había acomodado la mayoría de mis libros, los muggles y los mágicos. Y en esa semana, ya había llegado el desorden que portaba conmigo. Yo nunca había sido una persona ordenada, así que después de poco, ya tenía mi desorden, mis cosas. Todo.
Ya tenía un despacho, ya me sentía como una profesora en Hogwarts, ya me sentía en casa, después de mucho tiempo de sentirme como una extraña, como una invitada, ya me sentía de la misma manera de cuando era estudiante, como si aquí fuera mi casa. Generalmente estaba sentada detrás de mi escritorio leyendo o preparando mi siguiente clase, para que cuando llegara una visita, yo estaría ahí, esperando.
Mi despacho, un lugar pequeño y acogedor. Tenía un librero grande, de madera obscura y sencilla, cuando había llegado, solo había ordenado un librero, un reloj grande, un escritorio, dos sillas y un sofá. Y eso era exactamente lo que estaba ahí cuando llegué justo en el orden en el que lo había pedido. Después de una semana, ya me había acomodado mejor en mi despacho, había acomodado la mayoría de mis libros, los muggles y los mágicos. Y en esa semana, ya había llegado el desorden que portaba conmigo. Yo nunca había sido una persona ordenada, así que después de poco, ya tenía mi desorden, mis cosas. Todo.
Ya tenía un despacho, ya me sentía como una profesora en Hogwarts, ya me sentía en casa, después de mucho tiempo de sentirme como una extraña, como una invitada, ya me sentía de la misma manera de cuando era estudiante, como si aquí fuera mi casa. Generalmente estaba sentada detrás de mi escritorio leyendo o preparando mi siguiente clase, para que cuando llegara una visita, yo estaría ahí, esperando.