Ahora, tras meses de trabajar en la decoración, buscar muebles, acomodar cosas, elegir colores, corregir detalles, en fin, de hacer muchas cosas, por fin estaba listo. Muchos se hubieran preguntado como se tardaba tanto en hacer un despacho, aún con magia. Bueno, es que a mi me gustaban las cosas bien hechas y a mi modo. Incluso la magia, que ayudaba a hacer las cosas más rápido, no podía buscar los muebles que yo quisiera, ni organizarlos de la manera que a mi me gustaba. A demás, algunos de los encantamientos que había utilizado para hacer mi despacho tomaban tiempo.
El despacho era grande, una de las ventajas de ser subdirectora de Hogwarts era esa, que tenía más espacio en mi despacho, para poner más cosas. Otra cosa que me encantaba de mi despacho era que no era un lugar común y corriente, este era un despacho cambiante y era distinto depende de a quién vinieran a visitar: a la profesora de Historia de la Magia o a la Subdirectora de Hogwarts.
- Despacho de la profesora de Historia de la Magia:
- Despacho de la Subdirectora de Hogwarts: