Faltaban menos de 2 meses para que las clases en Hogwarts comenzaran y veía que nadie estaba preparando nada todavía, no entendía como la escuela seguía con tan pocos planes. Bueno, tampoco es que le fuera tan bien, comparada con el desempeño antes de la destrucción de Hogwarts la escuela ahora dejaba mucho que desear. Yo había estado presente en los momentos de gloria de este colegio y estaba dispuesta a que regresaran. Como subdirectora estaba encargada de varias cosas, cosas que los subdirectores generalmente no hacían, pues el actual director estaba muy ocupado y no podía dedicarse tanto a la escuela como sus antecesores. Así que varias de sus cosas me tocaban a mi. Me sentía como si fuera una segunda directora y no una subdirectora.
Fui al despacho del actual director con una lista y un manojo de papeles y documentos. Algunos eran propuestas, otros eran cosas por fimar, otros documentos por leer. Había miles de cosas vigentes.
Mientras leía algunos de los papeles que le iba a entregar encontré un papel con noticias alarmantes, iban a ser lo primero que le informaría al director. Seguramente se podría llegar a insultar por lo que hiciera o dijera, pero en mi entrevista para el puesto había dejado claro que estaba dispuesta a hacer que esta escuela de magia se volviera no solo la numero 1 en Europa, si no en todo el mundo. Tomé una paletita color indigo, que era la que tomaba generalmente cuando me sentía ansiosa o nerviosa, y es que si estaba ansiosa... y mucho.
Al llegar a la puerta guarde la paleta en su envoltorio, dispuesta a terminarla mas tarde. Entré en el despacho sin siquiera tocar, pero con un aura de amabilidad tan perceptible que sería imposible que alguien se molestara. El señor Sith estaba en sentado de espaldas en su escritorio, no sabía si estaba pensando u observando algo en su ventana, más eso la verdad no me importaba mucho. Deje los documentos sobre el mueble y con suavidad informé:
-Señor, necesito hablar con usted, porfavor. Es acerca de un asunto importante, importante y decisivo.
Fui al despacho del actual director con una lista y un manojo de papeles y documentos. Algunos eran propuestas, otros eran cosas por fimar, otros documentos por leer. Había miles de cosas vigentes.
Mientras leía algunos de los papeles que le iba a entregar encontré un papel con noticias alarmantes, iban a ser lo primero que le informaría al director. Seguramente se podría llegar a insultar por lo que hiciera o dijera, pero en mi entrevista para el puesto había dejado claro que estaba dispuesta a hacer que esta escuela de magia se volviera no solo la numero 1 en Europa, si no en todo el mundo. Tomé una paletita color indigo, que era la que tomaba generalmente cuando me sentía ansiosa o nerviosa, y es que si estaba ansiosa... y mucho.
Al llegar a la puerta guarde la paleta en su envoltorio, dispuesta a terminarla mas tarde. Entré en el despacho sin siquiera tocar, pero con un aura de amabilidad tan perceptible que sería imposible que alguien se molestara. El señor Sith estaba en sentado de espaldas en su escritorio, no sabía si estaba pensando u observando algo en su ventana, más eso la verdad no me importaba mucho. Deje los documentos sobre el mueble y con suavidad informé:
-Señor, necesito hablar con usted, porfavor. Es acerca de un asunto importante, importante y decisivo.