Me encontraba en la sala de menesteres apostando con alguno de mis compañeros de recámara, robándole el dinero a los pobres de ravenclaw de último año. Quería cada uno juntar el dinero necesario para sus propios fines, el mío era ganar dinero para comprarle un collar a mi preciosa pelirroja y algunos preservativos para mi vida nocturna.
Con el cigarro en la boca y una buena mano en mis cartas procedí a elevar mis apuestas, aquella noche gracias a mis compañeros había la logrado tornarnos las rachas ganadoras y como decirlo elegantemente: Nah, no hay forma elegante de decirlo, los dejamos en pelotas.
Las puestas subieron y los ravenclaw se alteraban por mi subida de apuesta, ya que no les quedaba nada que apostar así que sus ofertas iban ya en ayudarnos con las tareas y la verdad era que necesitaba esas tareas para subir el promedio de mi pecosa que a mi causa había acabado con muy malas notas.
- Muy bien chicos es hora de pagar - Dicho esto expuse mis cartas con una sonrisa burlona, se escucharon maldiciones e improperios de parte de todos y sin querer a uno de mis compañeros de recámara se le cayó de la manga una carta que estaba destinada a ayudar a su mano.
Lleve mi mano a mi cabello sabiendo lo que se vendría encima , cuando una lechuza entro en la sala y lanzo una carta sobre la mesa. Alguien cuidaba de mi, puesto que ella iba dirigida hacia mi, tome la carta y los papeles sobre la mesa antes de decir elegantemente .
- Gravias por sus apuestas pero nos tenemos que ir - dicho esto yo y mis compañeros salimos corriendo del lugar siendo perseguidos por los ñoños y bohemios. Al llegar a las escaleras cada uno tomo un rumbo diferente, en lo que a mi respecta corrí en dirección al aula de encantamientos.
Al llegar a ella y habiendo perdido a mis perseguidores me relaje dejando mi premio sobre la mesa para prestarle atención a la carta que me había ayudado a escapar.
La a ti mientras diambulaba entre los pupitres, pensando que debería de seguir de tutor de mi rojita. Leí el contenido con atención, un campamento no era exactamente un lugar apropiado para mi, no era de ir por allí sin una cama cálida donde recostarme, pero yo sabía de alguien que si. Seguramente se me formo una sonrisa de bobo al pensar en la cabellera rubia y esa sonrisa cálida y traviesa .
Seguramente ella estaría allí y yo, honestamente no pensaba renuncia a dormir una noche con ella apesar de que no fuera a solas. Aunque claro me aseguraría de dormir a su lado para que al despertar la viera.
Sonreí cómo un baboso y me encamine a mis sala común, sin olvidar mis premios. Al llegar a mi casa tras eludir a mis perseguidores prepare mi bolsillo de la chaqueta, oues lotenia encantado para llevar mis cosas en ella y no tener que carga con el estorbo de mochilas, meti en este bolsillo un saco de dormir, cigarros, encendedor que habia ganado a un muchacho de raven, vasos, tragos, condones -uno nunca sabe-, una pelota, un maso de cartas , ropa de cambio, una cámara de fotos y algunos suvenires. Calzando la chaqueta y poniendo mi mejor pinta me dirigí al lugar acordado, a falta de iluminación debí usar mi varita para encontrar el lugar.
Mientras caminaba ensayaba las posibilidades de saludar a mi musa, inventaba unas muy casuales y otras exageras pero al final opte por un ademan de cabeza y un hola.
Ensaye un poco, pero al llegar no la encontré, respire resignado y con mi sonrisa de embaucador me acerque al grupo y salude.
-[color:677d=crimso ] Ciao! dije tratando de sonar animado y ocultar mi decepción de no ver la cabellera rubia .