Megan Hadley.

Megan es una muchacha bastante reservada y astuta a la hora de entablar conversaciones, siempre se mantiene al margen de aquello que no le conviene y hábil a la hora de escaparse por la tangente. Quien la conoce la considera misteriosa pero solo cree que arma amistad con quien debe.
A pesar de todas las cualidades que se aparentan, Megan no es una chica desagradable pero el trato lo mantiene reciproco de momento que lo considera. Es inteligente y disfruta de conocer gente nueva.

Historia: Su historia comienza en el seno de New Jersey. Creció bajo el cuidado de su padre, un inteligente y poco reconocido mago ingles y su madre, una mujer que tras el paso de su vida se había enterado que era portadora de una enfermedad terminal y razón por la cual cayo en las drogas y el alcohol sumida en la depresión de no conseguir cura. Megan, tras años de vivir observando tales conductas y su padre, quien ya había conseguido la custodia de su hija; tomo la decisión de internar a su mujer en un hospital psiquiátrico donde obtendría un trato apto para su condición y no viéndose objeto de personas que temieran su comportamiento.

A pesar de sus vivencias de niña, y tras haber observado la degeneración de su madre por años, Megan era una muchacha bastante fuerte, quien asumía sin culpa alguna que la condición de su madre no tenia remedio y aceptaba su muerte. Su padre por otro lado, cuando ella cumplió sus once años de edad, estaba completamente seguro de que le llegaría la carta de hogwarts. Hablo con ella y le explico toda su historia; pero aun entendiendo el motivo que le daba su padre para que ella partiese de casa, Megan estaba muy segura de cuales eran las verdaderas razones y en un par de días recibió el sobre de la mano de su padre. Megan leyó su contenido y no era mas que una simple invitación al castillo, siendo ella aun una alumna legitima; rechazo la carta y no fue hasta los catorce, luego de haber pasado dos años de luto tras la muerte de su madre cuando decidió marcharse y se lo hizo saber a su padre.

Cuando se vio en la obligación de dejar la antigua escuela en la cual ya se había acostumbrado y en la cual siempre tenia destacado en ciencias, empaco sus cosas con su apariencia inescrutable y viajo hasta Inglaterra donde ademas de saberse una desconocida; sabia que tenia que empezar todo de nuevo y no era una opción que terminara por convencerla pero sabia que ya era tiempo. Su padre había aparentado buena recuperación luego de dos años y se sabia libre para emprender. Estando ya en el castillo, su estadía los primeros días fue como la del camaleón, paso desapercibida hasta que pudo verse sumida en la costumbre y lo acepto tras vivir tres años (Con sus diecisiete ya cumplidos) en el lugar, preguntándose los motivos que la habían llevado hasta ahí y sabiéndose segura que los tenia muy claros; buscaría tranquila.